POR: Luis Alonso Orozco Nájera
Este
mensaje que originalmente deseaba fuera para los niños, se ha traducido
en una versión para mayores, para los adultos, ¡¡¡ Vamos !!! para los
que nos decimos entender; es un mensaje con el cual podemos profundizar
nuestra reflexión y entender que la lógica no siempre aplica a la vida
cotidiana. El ser niño no implica deficiencia, no implica carencia, ni a
la vez denota debilidades; entender y conocer a un niño es la mejor oportunidad
retrospectiva de la que podemos obtener nuestro pasado fielmente.
Debemos
explicarnos el porqué celebramos el día del niño; puede ser por
tradición o por compasión, tal vez por obligación o simplemente porque
realmente sentimos que les brindamos una oportunidad de que sean
felices, al menos por un día ¿Acaso será una de estas las causas? o ¿Será que en realidad
tenemos una oportunidad para mirarnos al espejo y analizar el
mundo que hemos dejado? estas interrogantes habría que planteárnoslas en
el marco de nuestras actuaciones a través de nuestra existencia,
hagamos un proceso de autocrítica y tomemos el día del niño como un
pretexto si gustas muy somero para analizar si a los niños
les parece lo que estamos haciendo con su mundo, porque sin duda se los
hemos invadido.
Hoy, como ayer y como el mañana que viene, es para actuar, para aplicar lo que en retórica seria, la teoría jamás debe superar a la práctica; debemos entender y desechar nuestras frustraciones, nuestra niñez se ha ido, pero no la urgencia de perder el sentido de correspondencia y coherencia que nos vio nacer con el mundo que nos ha alimentado, que nos ha diseñado en la personalidad para bien o para mal. Ahí están los niños y ahí estarán
por siempre para recordarnos que tuvimos un pasado y que forjamos un
presente con consecuencias transgeneracionales con factura hacia los
nuestros.
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