Simón Pedro Gurrola
Notable sacerdote, nace en la ciudad de Durango capital el día 20 de abril de 1953 es hijo de Don Pedro Gurrola Salas y de Doña Teresa Ibarra Pérez ambos ya gozando de la eternidad en compañía del Señor.
Simón Pedro desde pequeño mostró vocación religiosa, inteligencia y mucha dedicación al estudio, pasa su niñez muy feliz en compañía de sus hermanos y amigos. Hace su educación Primaria en San José de Tuitán del Municipio de Nombre de Dios, Dgo., realiza su Secundaria en dos Instituciones, parte de esta en el Colegio Miguel de Cervantes Saavedra y la concluye en el Seminario Menor, sus estudios de Preparatoria en el Instituto Durango de la capital del Estado.
En el seminario Mayor inicia su carrera Eclesiástica en forma brillante. Termina sus tres años de Filosofía más cuatro de Teología. Se ordena Sacerdote el día 2 de julio de 1985 en la Catedral Basílica Menor de nuestro Estado por el Sr. Arzobispo emérito Don Antonio López Aviña.
Pasa a ser designado Vicario cooperador en la parroquia de Santa Rosa de Lima en la ciudad de Gómez Palacio, Dgo. y en el año de 1988 como Párroco del Templo del Perpetuo Socorro en la misma ciudad, ubicado en la colonia cinco de mayo, cargo que ocupó por espacio de tres años.
Es así, que a criterio del Obispo o por alguna razón pastoral, el padre Simón sigue ejerciendo el Evangelio en diferentes Municipios de nuestro Estado en diferentes Parroquias y Templos. En la Ciudad capital por espacio de cuatro años presta sus servicios en el Templo de Nuestra Señora de Lourdes, pasando luego a San Francisco del Mezquital por tres meses.
Se le nombra administrador Parroquial en Miguel Auza, Zacatecas en donde pasa aproximadamente tres meses. En 2002, el día 26 de octubre la población de Vicente Guerrero acoge a Simón Pedro Gurrola Ibarra como su Párroco encargado del Templo de San Antonio de Padua.
Por su capacidad de trabajo incansable, pos su humildad, pos su cultura y pos ser un hombre desinteresado de sí mismo cuya única preocupación es el servir a los demás y aunado a su extraordinario talento y buen trato en sus escasos cuatro años de convivir con nosotros se ha ganado nuestro cariño y reconocimiento.
Padre Simón Pedro, que Dios Nuestro Señor le siga regalando esa humildad y buen trato por siempre.
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